La inmunoterapia es una forma de tratar el cáncer que utiliza el propio sistema inmunológico del cuerpo para encontrar y destruir las células cancerosas. La inmunoterapia también se puede llamar terapia biológica. Los tratamientos de inmunoterapia pueden usarse para:
- Atacar las células cancerosas directamente.
- Estimular (acelerar) el sistema inmunológico para que responda a la enfermedad.
- Evitar que el cáncer regrese después del tratamiento.
La inmunoterapia también puede funcionar para reconstruir o restaurar el sistema inmunológico. Esto hace que sea más fácil para el sistema inmunológico destruir las células cancerosas y evitar que el cáncer se propague a otras partes del cuerpo.
Los medicamentos de inmunoterapia pueden tratar muchos tipos de cáncer, como leucemia, linfoma, cáncer de mama, cáncer de próstata, cáncer de pulmón, cáncer de vejiga y melanoma. La inmunoterapia se está estudiando en ensayos clínicos para casi todos los demás tipos de cáncer.
Cada persona tiene un sistema inmunológico. Nos ayuda a mantenernos a salvo de infecciones y otras amenazas a la salud del cuerpo. Estas amenazas son virus, toxinas, alérgenos y bacterias.
En la mayoría de los casos, el sistema inmunológico no ve el cáncer como una amenaza para el cuerpo. El cáncer comienza en las células del cuerpo. Los virus, bacterias, alérgenos y toxinas provienen del exterior del cuerpo. Las células cancerosas son versiones mutadas (cambiadas) de células normales. El sistema inmunológico no los ve como amenazas y no se produce una respuesta inmunitaria. Algunos tipos de cáncer pueden cambiar el funcionamiento del sistema inmunológico. Los expertos han descubierto que el sistema inmunológico puede combatir ciertas enfermedades, como algunos cánceres.
Tipos de Inmunoterapia
Así como hay muchos tipos diferentes de otras quimioterapias, hay muchos tipos diferentes de inmunoterapia que actúan de diferentes maneras para hacer que el sistema inmunológico actúe contra el cáncer.
Los tipos de inmunoterapia incluyen:
- Anticuerpos monoclonales (mAB): Anticuerpos creados en laboratorio que se dirigen a un antígeno específico (proteína). Estos medicamentos se dirigen a algo que se encuentra en la superficie de la célula cancerosa, «marcando» esa célula para que sea destruida por el sistema inmunológico. Estos medicamentos también pueden funcionar bloqueando un «receptor» que se encuentra en las células que es importante para el crecimiento.
Vacunas contra el cáncer: Al igual que otras vacunas que recibimos, las vacunas contra el cáncer están compuestas de células que han sido modificadas en el laboratorio para dirigir una respuesta inmunológica. Existen algunos tipos diferentes de vacunas contra el cáncer, pero principalmente funcionan para prevenir la enfermedad (por ejemplo: la vacuna contra el VPH) o para tratar el cáncer directamente (vacunas de células tumorales, vacunas de antígenos, vacunas de células dendríticas o vacunas basadas en vectores).
Terapias con citoquinas: Las citoquinas juegan un papel muy específico en el sistema inmunológico. Facilitan la comunicación entre las diferentes células inmunitarias, a la vez que ayudan en el lanzamiento de una respuesta inmunológica. Cuando la terapia con citoquinas se utiliza para combatir el cáncer, se centra en el uso de las sustancias para promover la respuesta del sistema inmunológico.
Transferencia adoptiva de linfocitos T: Esta terapia estimula los linfocitos T del cuerpo para combatir el cáncer. Hay dos tipos de este tratamiento. El primero extirpa los linfocitos T directamente del tumor de un paciente, produce grandes cantidades de estas células fuera del cuerpo y luego las reinfunde al paciente. El segundo método también elimina los linfocitos T del paciente, pero luego las células son mejoradas en el laboratorio con nuevos receptores, llamados receptores quiméricos para antígenos (CAR-T). Estos receptores se dirigen a antígenos específicos en las células cancerosas del paciente, estimulando la respuesta inmunológica contra el cáncer.
Terapia de linfocitos del donante (DLI): La DLI consiste en la infusión de linfocitos (tipo de glóbulo blanco) de un donante a un paciente que ya ha tenido un alotrasplante de médula ósea del mismo donante. Los linfocitos del donante pueden ayudar a identificar objetivos para el ataque del sistema inmunológico. Esto puede inducir la remisión o potencialmente prevenir la recaída en pacientes que están en alto riesgo de recaída después del trasplante de médula ósea. La DLI también puede causar enfermedad del injerto contra el huésped (EICH), un efecto secundario potencialmente grave en el que las células/los tejidos del receptor son atacados por las células inmunitarias del donante.
Radio-inmunoterapia: Se trata de una combinación de un anticuerpo monoclonal y una fuente de radiación. Esto permite que la radiación se administre directamente a las células tumorales específicas, pero a menudo en dosis más bajas y durante un período de tiempo más largo.
Inmunoterapia con virus: Este tipo de terapia utiliza virus para infectar deliberadamente las células cancerosas, lo cual desencadena una respuesta del sistema inmunológico contra el virus (y las células cancerosas infectadas por el virus). Ejemplos de virus que se usan para estudiar esta terapia incluyen el virus de la polio y el virus del herpes simple. Estos métodos todavía están siendo estudiados en ensayos clínicos.
Inhibidores del punto de control inmunitario: Estos medicamentos bloquean la inactivación de los linfocitos T por parte de las células tumorales. Esto permite que el linfocito T (y el sistema inmunológico) permanezca activo en la lucha contra el tumor.
Vía de administración de la Inmunoterapia
Los medicamentos de inmunoterapia se pueden administrar en una vena (por vía intravenosa), por vía oral o por inyección, ya sea debajo de la piel (subcutánea) o en un músculo (intramuscular). Las terapias también se pueden administrar directamente en una cavidad corporal para tratar un sitio específico.
Muchas inmunoterapias están aprobadas por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), pero aún se están probando muchas más en ensayos clínicos. Dependiendo del tipo y estadio del cáncer, algunos pacientes pueden ser tratados con inmunoterapia sola, mientras que otros pueden recibir inmunoterapia con otras terapias (es decir, quimioterapia, cirugía o radioterapia).
¿Como sabré si la inmunoterapia esta funcionando para mi?
La quimioterapia y la radiación a menudo causan un cambio rápido en el tamaño de los tumores, lo cual es mensurable y se puede observar en la tomografía computarizada, la resonancia magnética y la gammagrafía, y a través de cambios en los niveles de marcadores tumorales en la sangre. Las respuestas a la inmunoterapia no se miden de la misma manera. Primero, los métodos de inmunoterapia pueden tardar mucho más tiempo en funcionar, ya que estimulan al sistema inmunológico para organizar el ataque sobre el tumor. Por lo tanto, el tumor puede seguir creciendo, a pesar del hecho de que se está administrando la terapia. Además, la velocidad de respuesta puede estar influenciada por el tipo de inmunoterapia recibida.
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