El cáncer de testículo es un tipo infrecuente de cáncer que afecta a varones jóvenes y que generalmente tienen un buen pronóstico (más del 95% de los pacientes se curan). Los cánceres de testículo se clasifican en cánceres tipo seminoma (tumores de células germinales) y cánceres tipo no seminoma, la mitad suelen ser de un tipo y la mitad de los casos de otro.

Los seminomas o tumores de células germinales suelen aparecer entre los 30 y los 40 años y no suelen metastatizar de forma temprana.

Los no seminomas son más frecuentes entre los 20 y 30 años y suelen metastatizar de forma rápida a la zona lumbar o a los pulmones. Hay 4 tipos de cánceres no seminomas:

  • Carcinoma embrionario. Puede secretar gonadotropina coriónica (hCG) o alfa-fetoproteína.
  • Teratoma.
  • Coriocarcinoma. Secreta siempre hCG
  • Tumor del seno endodérmico. Secreta alfa-fetoproteína.

¿Cuáles son las causas del cáncer de testículo?

Las causas de los cánceres de testículo son desconocidas. El cáncer de testículo es mucho más frecuente en los testículos que no han llegado a descender hasta la bolsa escrotal, es decir en niños con criptorquidia. Por este motivo, los testículos que se localicen en la ingle deben bajarse al escroto mediante cirugía antes de que llegue la pubertad. El riesgo de malignización es todavía mayor si los testículos se quedan dentro de la cavidad abdominal. Cuando estos testículos no pueden bajarse hasta el escroto mediante cirugía deben ser extirpados para evitar su transformación maligna (cancerosa).

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Síntomas

Los síntomas de un cáncer de testículo pueden ser:

  • El hallazgo casual de un bulto no doloroso en el testículo. En principio, todo bulto (masa) testicular debe ser considerado maligno (canceroso).
  • La aparición de molestias o dolor en el testículo, síntomas sugestivos de una inflamación del testículo (orquitis) o del epidídimo (epididimitis). Si tras administrar antibióticos la molestia persiste o queda un bulto en el testículo, se debe solicitar una ecografía para descartar un cáncer de testículo.
  • La sintomatología derivada de las metástasis puede manifestarse como dolor en la zona baja de la espalda (dolor lumbar) o, más raramente, como dificultad respiratoria (disnea) por la aparición de metástasis pulmonares.

Diagnóstico

El diagnóstico de los cánceres de testículo se establece mediante la exploración física (palpar una masa en el testículo) que puede ser confirmada mediante una ecografía del testículo.

Cualquier masa testicular debe ser operada a la mayor brevedad posible y extirpada para ser analizada. Habitualmente es necesario realizar otras pruebas (radiografía del tórax, TAC torácico y TAC abdominal) para conocer la extensión del tumor.

Los cánceres de testículo no seminomas producen con frecuencia una serie de sustancias (marcadores tumorales) que pueden observarse elevados en un análisis de sangre. Estas sustancias ayudan en el diagnóstico de la enfermedad, sirven para conocer el tipo de tumor, para evaluar si responden al tratamiento y, en el seguimiento posterior, para saber si el tumor reaparece o no. Las sustancias que pueden verse elevadas en sangre son la alfa fetoproteína, la hCG y la LDH. En muchos pacientes puede ser necesario realizar un PET durante la evolución de la enfermedad, para evaluar si quedan restos del cáncer que deban ser operados.

¿Puede prevenirse?

La única forma de prevención de los cánceres de testículo es, en los niños con criptorquidia, el descenso o la extirpación de un testículo que no haya descendido a la bolsa escrotal.

¿Cuál es el pronóstico de los pacientes afectados?

El pronóstico de los cánceres de testículo es en general bueno, con un porcentaje muy elevado de pacientes que se curan completamente. El pronóstico es peor si el tumor se encuentra extendido fuera de los pulmones (es decir, que haya metástasis en lugares distintos del pulmón) o si los marcadores en sangre están extraordinariamente elevados, lo que indica enfermedad muy extendida. En 1 o 2 de cada 100 pacientes con un cáncer de testículo puede aparecer con el tiempo un cáncer en el otro testículo.

¿Cuál es el tratamiento del cáncer de testículo?

El tratamiento depende del tipo de tumor y de su extensión:

Seminomas:

  • Estado I (localizado en testículo). Un 70% de los pacientes diagnosticado de un seminoma se encuentra en este estadio. Casi el 100% se curan tras extirpar el testículo (orquiectomía), pudiendose posteriormente dar o no radioterapia en los ganglios lumbares. En los raros casos de reaparición posterior de la enfermedad el tratamiento consiste en quimioterapia.
  • Estado II (metástasis en los ganglios de la zona lumbar). Un 20% de los pacientes diagnosticado de un seminoma se encuentra en este estadio. El tratamiento es la radioterapia de la zona o la quimioterapia, en función de la extensión. En caso de reaparición de la enfermedad el tratamiento consiste en quimioterapia.

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  • Estado III (metástasis en otras localizaciones). Un 10% de los pacientes diagnosticado de un seminoma se encuentra en este estadio. El tratamiento es la quimioterapia, con cirugía o no de las lesiones residuales que hayan podido quedar tras su administración.

No seminomas

  • Estado I (localizado en el testículo). Un 30% de los pacientes diagnosticado de un tumor de testículo no seminomatoso se encuentra en este estadio. El tratamiento es extirpar el testículo. Posteriormente, si no hay evidencia de enfermedad diseminada y si los marcadores de sangre (alfa-fetoproteína, hCG o LDH) se normalizan (en caso de que hubieran estado altos), puede no hacerse nada más y vigilar, o pueden extirparse los ganglios de la zona lumbar. También pueden admnistrarse 2 ciclos de quimioterapia. Casi todos los pacientes se curan en este estadio. Son necesarios seguimientos posteriores para comprobar que no existe extensión de la enfermedad.
  • Estado II (metástasis en la zona lumbar). Un 30% de los pacientes diagnosticados de un tumor de testículo no seminomatoso se encuentra en este estadio. El tratamiento consiste en extirpar el testículo, los ganglios de la zona lumbar y, en ocasiones, dar algún ciclo de quimioterapia.
  • Estado III (metástasis en otras localizaciones). Un 30% de los pacientes diagnosticados de un tumor de testículo no seminomatoso se encuentran en este estadio. El tratamiento es la quimioterapia con cirugía o no de las lesiones residuales que hayan podido quedar tras su administración.

Fertilidad

La presencia de infertilidad o alteraciones en la fertilidad es un hallazgo frecuente en estos pacientes incluso antes de proceder a cualquier tipo de tratamiento. La fertilidad puede alterarse todavía mucho más tras el tratamiento. La extirpación de un testículo y la quimioterapia reducen la producción de esperma. Además, la cirugía para extirpar los ganglios de la zona lumbar puede afectar la eyaculación. Por todo ello es recomendable que estos pacientes guarden semen congelado en un banco de esperma, antes de proceder al tratamiento.

Si usted desea mayor información sobre este tipo de cáncer, o si presenta alguno de los síntomas que refiere esta enfermedad, no dude en contactar al Dr. Jesús García Medina, experto en oncología médica para una cita de evaluación médica donde juntos puedan revisar la mejor opción para diagnóstico y tratamiento.

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Oncólogo Médico
Dr. Jesús Ricardo García Medina
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